lunes, 9 de junio de 2008

La huelga de transportistas

La huelga que acaba de estallar y que afecta a los transportistas me parece que está muy mal planteada. En primer lugar, no es lógico empezar con una huelga violenta desde el primer día, ¿en qué cabeza cabe eso? El derecho de huelga se restringe básicamente a paralizar tu trabajo sin que puedan despedirte. Se trata de fastidiar por inactividad propia. Eso vaya por delante.

En segundo lugar, no nos equivoquemos: la huelga no es contra el gobierno de Zapatero ni contra el alza de precios. La huelga es contra todos los ciudadanos, ya que se pretende que seamos todos los que sufraguemos parte del coste del cambio de circunstancias en las cuales se desenvuelve su trabajo. Pensar que el gobierno es el único responsable o el blanco de las quejas es afirmar que "el dinero de todos no es de nadie", como trágicamente sentenció cierta Fistra la legislatura pasada...

Que nos provoquen unos atascos de impresión porque en principio no vamos a pagarles el precio de su profesión es a priori egoísta e injustamente estúpido. Se les podría decir que si no querían quedar a merced de los precios del combustible que hubieran opositado.

Los transportistas sólo tienen 1 argumento, y es precisamente el que no están empleando. Y es que en esta vida tiene que haber funcionarios, médicos, ingenieros, profesores... y también transportistas claro, ¿podría sostenerse el país sin transportistas? Claramente no. Y ese argumento se pone de manifiesto cuando ejerces el derecho a la huelga: no trabajas, te quedas en casa y demuestras que eres imprescindible y tu asuencia insostenible. Pero delinquir en lugar de trabajar no es de recibo. Si esa es la única forma que tienen de demostrar que son imprescindibles - y no tuvieran otra - entonces deberíamos decirles que ajo y agua; y que opositen, estudien o hagan lo que quieran porque queda claro que no hacen falta.

En conclusión, que una huelga sólo se podría hacer en casa o en manifestaciones pacíficas respetando los derechos de los demás. Y por supuesto, puesto que no podemos vivir sin transportistas, deben tomarse medidas razonables para la estabilidad del sector.

No hay comentarios: