Imagínense la escena. Los familiares directos ven humo en el aeropuerto. Tal y como han atestiguado, no se les da ninguna información. Inmediatamente, llaman a familiares cercanos para comunicarles lo ocurrido, los cuales naturalmente recurren a los medios para poder estimar la dimensión de la catástrofe. TVE1 reacciona en la cabecera de su telediario del mediodía, hablando por encima de un accidente en Barajas sobre el que informarán en cuanto les sea posible. Minutos más tarde, los familiares pueden ver cómo TVE1 habla de al menos 7 muertos. Si no se han fiado de ella (como hemos hecho otros ciudadanos) habrán visto en la web de El País que en ese mismo instante elevan la cifra a un mínimo de 25 fallecidos. Y paralelamente, El Mundo ya adelantaba un valor superior a 50. En mi casa hemos contrastado las tres cifras simultáneas con auténtico horror, ¿pero cómo lo habrán hecho los parientes de las víctimas? ¿No es terrible que les confundan de ese modo? ¿Quién demonios ha dado las cifras de muertos a los medios? ¿Alguien las ha filtrado o los medios más acertados estaban siendo unos imprudentes?
Por otra parte, me ha resultado asqueroso ver cómo los periodistas han acosado a los familiares en el aeropuerto, metiéndoles de frente un micro para recibir unas palabras que no les salían. He visto en las televisiones el dolor de esas personas, unas lágrimas que no tenían derecho a ofrecernos, ¿por qué les sacan en ese estado? ¿Qué indecencia es ésta? ¡Es nuestro deber exigir que les traten dignamente!
También han sido acosados varios técnicos en espacios televisivos. En esta ocasión, los pellejistas trataban de hacerles adivinar las causas del siniestro, supongo que para ganar la segunda carrera, esta vez sobre las responsabilidades (para compensar la derrota en la carrera de los números mortales).
Además, Spanair, por su parte, no se ha quedado corto. En su nota de prensa publicada en la web -que se ha hecho esperar bastante tiempo-, calificaba el suceso de "incidente" (una metedura de pata tranformada después en "accidente" con todas las letras). No es el único cambio introducido. Donde ponía colaborar con las autoridades "españolas" ahora consta "madrileñas" (una sorprendente apreciación que con más fortuna no han hecho en la versión en inglés).
No sé cómo habrán tratado a los familiares que estaban en los aeropuertos, pero lo que está claro es que si conocían a parientes o amigos con acceso a internet y/o televisión han vivido un auténtico infierno (situado entre lo que les gustaría creer y lo que no). Como ciudadano me gustaría que se organizara una investigación y se procesara a quienes han filtrado las cifras de fallecidos. Una cosa es que cada uno vaya dando lo que sabe con prudencia, y otra que a costa de "trapicheos" se hagan carreras mediáticas. Los grandes jefes del periodismo español (y madrileño) han enseñado hoy su lado más indecente. Yo no quiero que para ser informado se haga daño a las víctimas de aquello sobre lo que me informan.
